sábado, 12 de novembro de 2011

Canarios de canto Timbrado Español El desprestigio de los 90 puntos



Fausto Rodríguez Escobar.Juez/FOCDE de Canto Timbrado Espanol.
1.998 


Canaricultura Timbradista:
La "chispa" que encendió en mi el interés por recapacitar sobre este tema y posteriormente escribir este articulo, fue la llamada telefónica que recibi desde una determinada Asociación para que fuese a enjuiciar su concurso de canto Timbrado Español y mientras conversaba con el representante de la misma me comentó que los criadores de esa Asociación no querian que en su concurso enjuiciasen jueces que "regalasen" puntos pues llevaban varios años teniendo en el mismo un porcentaje muy alto de los ejemplares participantes calificados con altas puntuaciones, y estos ejemplares terminaban en las pajarerías porque a sus criadores no les gustaban y no entendían cómo canarios que ellos mismo consideraban de "regular categoría" despues, en el enjuiciamiento, alcanzaban puntuaciones tan altas.
Este hecho podría calificarse de anecdótico sino fuese porque la misma queja la volví a escuchar entre los aficionados de otras asociaciones en las que tuve el placer de ir a enjuiciar. Y adelanto, que en principio, el asunto no está totalmente motivado por el actual "enfrentamiento" entre "clasistas" y "floreistas", pues dentro de ambos grupos ocurre lo mismo.
También podría pensarse que es un hecho sin importancia, sino fuese por una serie de circunstancias que rodean al tema que hacen que la situación sea más seria de lo que a primera vista podría parecerle a un aficionado no muy introducido en el mundo de los enjuiciamientos, siendo una de estas circunstancias el que en las pajarerías comience a ser normal encontrarse, para la venta al publico, un elevado numero de ejemplares calificados en los concursos con altas puntuaciones que los criadores "se han quitado de encima" como "deshecho", e incluso a veces se puede comprobar que tienen "faltas" en su repertorio.
¿Por que sucede esto?.
Voy a intentar explicar mi opinión al respecto.
Lo primero que hay que plantearse es la pregunta: ¿ ése puntua adecuadamente a los ejemplares?. Mi opinión es, que en algunas ocasiones no. Lo razonare.
El actual Código de canto Timbrado Español vigente en la FOCDE, indica que los ejemplares se clasificarán en tres categorías: la 1ª, en la que entran aquellos puntuados entre 85 y 100 puntos; la 2ª, aquellos entre 76 y 84 puntos; y la 3ª, los que están entre 60 y 75 puntos; siendo a partir de aquí considerados "insuficientes" los que no alcanzan los 60 puntos, y no se señala que no se tengan que puntuar, pues sino se puntuan, ¿cómo se sabe que no llegan a los 60 puntos?, ya que el uso del borrador de la planilla por el juez no es tampoco obligatorio. Por tanto, si tenemos en consideración esta clasificación que nos hemos dado, los criterios para valorar la calidad de los ejemplares indicados en el Código, y las leyes estadísticas que normalmente rigen en la clasificaciónn de los fenómenos repetidos en unas ciertas circunstancias, en condiciones normales, en un enjuiciamiento de nivel medio, un pequeño grupo de ejemplares debería estar en la 3ª categoría, otro pequeño grupo en la lª, y el resto que es la mayoría en la 2ª.
Pero, ¿Sucede esto en la práctica?. Como es fácilmente comprobable no.
Si se hace un análisis de las planillas de enjuiciamiento de varios concursos, se podrá comprobar que en la mayoría de ellos hay un tanto por ciento muy alto de los ejemplares participantes puntuados de 86 puntos hacia arriba, y si esto fuese un hecho real, significaría que en dichos concursos la mayoría de los ejemplares están dentro de la 1ª categoría, lo cual despues de los enjuiciamientos, es fácilmente comprobable que no es asi por muchas razones. Entonces, ¿por que se ha llegado a esta situación?. En mi opinión, por los siguientes motivos:
  1. 1) Porque, ao que parece, há algumas pessoas que pontuam nos julgamentos sem ter em consideração as três categorias indicadas no Código vigente, e utilizam sua própria "medida" para classificar os exemplares como lhes convém.
  2.  2) Porque, ao que parece, habituaram os criadores a ter pontuações muito altas nas fichas de julgamento com um equivocado objectivo de deixar "contente" a afición que se nos começos do Timbrado podia  ser admissível para "animá-la" a seguir criando esta variedade, na actualidade esta causando efeitos contraproducentes como são os descritos neste articulo.
  3. 3) Porque, ao que parece, alguns acham que se não se "dão" muitos pontos, a afición vai considerar ao juiz como "mau" e não o voltará a chamar. Neste ponto, tenho que indicar que, em meu opinidn, o "bom" ou "mau" juiz não o indica as Porque, al parecer, algunos creen que si no se "dan" muchos puntos, la afición va a considerar al juez como "malo" y no lo volvera a llamar. En este punto, tengo que indicar que, en mi opinidn, el "buen" o "mal" juez no lo indica las puntuaciones que da, ni siquiera es potestativo de la afición, pues cualquier aficionado, por lógica, y como es natural, lo que defiende es "su" canario, y el juez lo que tiene que defender es la raza o variedad definida en el Código en vigor, aunque a veces vaya en contra de parte de la afición, otro tema es que el Código se adapte al gusto de la misma. Por tanto, el "buen" juez debería ser el que calificase a los ejemplares siguiendo los parametros indicados en el Código lo más perfectamente posible (le guste o no le guste), y la desgracia para él, de esta a veces ingrata labor, es que no existe ningun órgano superior de caracter objetivo que le reconozca su actuación y le defienda ante la crítica injusta, a veces desde dentro de su propio entorno, y es la "balanza" poco objetiva de la opinión de la afición, además en "equilibrio inestable" y variable por muchos motivos de indole territorial, personal, comercial, etc., la que al final parece que da la "licenciatura" de "buen" o "mal" juez, lo que ha llevado a algunos a un deseo (muy humano por cierto) de "quedar bien con ella" a toda costa, y esto ha producido una escalada en las puntuaciones de las planillas, que al fin y al cabo es lo que le interesa a una parte de la misma. Un sistema para luchar contra esto y evitar, por ejemplo, que los enjuiciadores cambien sus criterios según la zona donde van a enjuiciar o el tipo de afición que les ha llamado, es que los jueces fuesen elegidos para enjuiciar por la Federación y no por las Asociaciones, como sucede ya en algunos países europeos, con lo que se conseguiría mayor objetividad en los enjuiciamientos pues el juez podría aislarse de todos los condicionamientos exteriores señalados anteriormente. Ya se que alguien dirá que el juez no debe dejarse condicionar, pero con el sistema actual, si no lo hace, a lo peor no lo llaman para el año siguiente, lo que desde el punto de vista teórico tampoco debería importarle si actua en conciencia. Pero actualmente, a la condición humana, y más en una actividad considerada una aficiónn para pasar el tiempo libre y no para crearse enemigos, no se le debe de pedir muchas "heroicidades", y es preferible que el sistema establezca el camino adecuado para evitar el posible "desvio" de las personas en el cumplimiento de sus obligaciones.
  4. 4) Porque, al parecer, en los enjuiciamientos, a pesar de que en la planilla hay 192 puntos para calificar, se esta metiendo a la mayoria de ejemplares en un "puño" entre 86 y 93 puntos, ¡sólo 7 puntos!, y se marca con pocos puntos las evidentes diferencias que suele haber entre ejemplares. Lo lógico sería, al tener tantos puntos para distribuir, marcar con más puntos las diferencias entre el valor de los ejemplares. Alguno dirá, y con razón, que el Código no señala nada concreto sobre la forma en que hay que puntuar, y que matemáticamente todo es posible mientras no rebasemos el limite establecido, pero no parece razonable, por ejemplo, que ejemplares con "faltas" entren en la primera categoria por muy perfecta que tengan el resto de la canción, pues el Código si indica que son normas para valorar a los ejemplares de calidad la buena dicción, buena voz, y la melodía, por tanto, en mi opinión, los ejemplares con faltas (roces, estridencias, nasalidades) no deberian entrar en la 1ª categoría, debería actuarse como se actua en los concursos de otras especies, razas o variedades, en donde, si por ejemplo, un perro tiene una pata más corta por muy perfecta que tenga el resto de las otras medidas jamás esterá entre los finalistas pues en los enjuiciamientos se tiene como referencia la busqueda de la perfección.
    Otro hecho que influye en la utilización de pocos puntos para marcar las diferencias entre los ejemplares es, que a la hora de enjuiciar un lote de canarios se suele hacer una comparación relativa entre los ejemplares que se tienen delante, y al parecer, para algunos es más cómodo utilizar únicamente el "punto arriba o abajo" para señalar la diferencia entre ellos en vez de utilizar mayor número de puntos que implicaría realizar más sumas, y por tanto, más comprobaciones posteriores, y la perdida de tiempo consiguiente a la hora de pasar la planilla a limpio. Y a esta situación contribuye el que a veces no se respeten las horas de enjuiciamiento reglamentadas por día, ni el numero maximo de ejemplares a enjuiciar, lo que puede llevar al cansancio del juez, y como consecuencia esto puede hacer que este busque el sistema más sencillo para realizar su labor y el utilizar las mínimas diferencias de puntos esta en esa linea, con lo que al final, por "presionar al juez", se puede llegar a la injusticia de que entre ejemplares buenos y regulares haya una pequeña diferencia de puntos que no se adapte a la diferencia real de las características de sus canciones.
  • 5) Porque, al parecer, en muchos casos, los aficionados a través de las Asociaciones, piden que les enjuicien sus concursos personas caracterizadas por puntuar alto, para que, al margen de conseguir o no premio, las planillas con altas puntuaciones les permita deshacerse más facilmente de los ejemplares sobrantes, pues los criadores veteranos, que ya conocen como funciona el mundo de los enjuiciamientos, saben, antes del concurso, con que ejemplares se quedaran para la cría sea cual sea la puntuación que obtengan, pero si encima es alta mucho mejor para facilitar la salida de lo sobrante. Y de esta forma tambien una parte de la aficiónn esta contribuyendo a la subida de puntos pues parece que las personas que dan más puntos enjuician más concursos, y esto se esta volviendo contra la propia aficiónn pues ya esta comprobando que la puntuación que indican algunas planillas no concuerda muchas veces con la calidad real del ejemplar, aunque a algunos les sirve para obtener "mejor cartel" como criador.
  1. 6) Porque, al parecer, hay algunas personas que piensan que puntuando alto a un determinado tipo de ejemplares están defendiendo una determinada linea de canarios al hacer que el resto de la aficiónn se interese por estos ejemplares muy punteados y de esta forma pretenden extender el tipo de canario que a ellos les gusta. Y a esto le sigue la espiral de que "los enemigos" de esta linea hacen lo mismo con la que a ellos les agrada para no quedarse atras, y entonces entramos en un "torbellino" de subida de puntos. Pero a la larga, este fraude a la afición y al Colegio, pues se incumple sistemáticamente el espirito del Código, fracasa, pues los aficionados no tardan en darse cuenta de que algunas puntuaciones están exageradas y terminan con los canarios en las pajarerías como esta ocurriendo actualmente. Y a esto se une el problema de que los aficionados disgustados no tienen un sistema adecuado para protestar y que se les haga caso ya que es muy difícil obtener pruebas tangibles de lo sucedido en los enjuiciamientos, y aunque las obtuvieran, el sistema no tiene medios personales ni económicos adecuados para investigar y actuar contra este hecho, y al final, algunas veces, el sistema establecido pierde la confianza de la afición, y se produce el consiguiente desprestigio para una determinada linea de canarios y para quienes la enjuician, pero ademas, por desgracia, para el colectivo que representa el enjuiciados, la organización que lo sustenta, y para la planilla que ya actualmente no tiene el prestigio documental que debería tener entre la aficiónn un documento de este tipo.
Tambien, dentro de este punto, habria que situar las reuniones, cuando son varios los enjuiciadores, que a veces se han realizado antes de comenzar a enjuiciar, para marcar unas puntuaciones maximás y minimás a utilizar por todos con el argumento de "unificar" criterios, cuando en la realidad lo que a veces hay es un deseo de no quedar "descolgado" en las puntuaciones porque nadie quiere ser "el malo", y da la impresión que se olvida con este sistema que la primera y basica unificaciónn de criterios es cumplir el Código. Dentro de esta linea he escuchado comentarios de campañeros veteranos que decían que en determinados concursos, sobre todo internacionales, ante la aparente falta de calidad de los ejemplares concursantes, para salvar no se que prestigio, se llegaba al acuerdo de sobrepuntuar a los ejemplares. Lo que aquí, en mi opinión, algo honesto faltaba, era poner este hecho en las "observaciones" de la planilla para que los criaderos no se llevasen a engaño con las puntuaciones ficticias indicadas en la misma. ! Por Dios!, ¿desde cuando son los jueces los responsables de defender el prestigio de los ejemplares o los concursos?, ello corresponde a los organizadores y a los criadores con su trabajo de selección y elección para participar con los ejemplares adecuados.
Y después de todos estos razonamientos, la pregunta a hacerse es ¿cómo actuar contra esta situación que tanto puede perjudicar a la afición timbradista en la búsqueda de ejemplares más perfectos?. Una de las posibles soluciones ya la he apuntado más arriba aunque me imagino que será difícil conseguirlo ante los intereses de las Asociaciones (que en el fondo son los aficionados). Otra que también podría ayudar en este problema, sería que se modificase el Código vigente incluyendo unas normás más estrictas para evitar posibles "excesos" en algunas puntuaciones, pero creo que esto también sera difícil de conseguir ante la actual situación de enfrentamiento entre "clasistas" y "floreistas", y los que no están (entre los cuales me incluyo), o no pretendemos estar, en ninguno de estos dos bandos sino en el bando del Código vigente, sea cual sea y les guste o no les guste (por respeto a la categoría de juez, a la afición, y al Colegio) parece que poco pueden hacer en estos momentos de falta de entendimiento.
Ante esta situacion, recomendaría a las aficionados que no estén interesados únicamente en "tener muchos puntos" sino en que sus ejemplares sean valorados con arreglo al Codigo vigente, que no clasifiquen la "bondad" o "maldad" del juez por los muchos o pocos puntos que de, sino por la aplicación correcta que haga de los criterios indicados en el Codigo y por su honestidad al expresar en la planilla lo que verdaderamente piensa de los ejemplares que enjuicia sin importarle el "qué dirán " o si le van a llamar o no el año proximo, y que piensen que, "regalar puntos" y "quedar bien" es muy fácil de hacer, lo difícil es lo contrario, es decir, mantener y defender los criterios del Código aunque a él no le gusten e incluso se eche a parte de la afición encima, pues que nadie se engañe, a pesar de lo que digan algunas planillas, buenos ejemplares hay muy pocos, como ocurre en todos los aspectos de la vida, y la mayoría lo saben, lo que ocurre es que después en la práctica no se pone a cada uno en su verdadero lugar, y da la impresión de que algunos están intentando mantener este sistema en beneficio propio aunque éste sea simplemente la defensa de sus propios criterios y gustos.
Llegados hasta aqui, pienso que pudiera darse el caso que a algunos no les haya gustado lo que se dice en este articulo, pero lo que se ha dicho en él está en boca de los aficionados, y que pocos hayan querido escribirlo o manifestarlo públicamente hasta ahora no significa que no sea verdad, lo que hay que hacer, si queremos avanzar, es sacar a la luz los problemas y "trapos sucios" para que mediante el análisis de los hechos, con rigor y buena voluntad, se puedan arbitrar las soluciones que vayan en beneficio de nuestra afición y dignifique aún más la labor que cada uno tiene que cumplir dentro de ella. Y bajo este punto de vista constructivo, sería bueno que los aficionados manifestasen publicamente lo que en sus circulos de criadores comentan entre ellos, pues con su queja y empuje obligarían, a los que tienen obligación de hacerlo, a buscar soluciones a este y otros problemás de nuestro mundo timbradista.
Para finalizar, por si algún aficionado se pregunta cual es mi posición sobre lo aqui expuesto, le diré que, pase lo que pase y pese a quien pese, aunque me pueda quedar solo y me llamen poco para enjuiciar, yo no me subire a este carro de "regalar puntos" y "quedar bien", desprestigiar los 90 puntos y todo lo que ello acarrea, pues la categoria de juez (con mayúsculas) debe de implicar (y no me cansare de repetirlo) aplicar la reglamentación vigente guste o no, sea buena o mala, complazca o no complazca a los demás, sino el juez se convierte simplemente en un criador con carnet para decir que ejemplares se acercan más a sus gustos personales y para esto no merece la pena "gastarse un duro" en llamar a nadie pues eso lo sabe hacer cualquiera.
   



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