sexta-feira, 11 de novembro de 2011

SILVESTRE SI, SILVESTRE NO; DOMÉSTICO SI, DOMÉSTICO NO, EN LA CANARICULTURA DE CANTO DISCONTINUO¿ PROBLEMA O PREGUNTA?

 

 

Dado que la utilización de los canarios silvestres (serinus canarius), en la canaricultura de canto que nos atañe, esta reflejada en los distintos códigos existentes en la actualidad, “....ni de color ni de forma, queda el criador en libertad de ajustar los caracteres fenotípicos de sus ejemplares según la evolución del canario silvestre. No se admitirán el factor rojo ni la presencia de rizos en el plumaje”, cuesta creer que algo que esta permitido sea motivo de tanta polémica, tanto por sus detractores como por sus defensores.

También cuesta creer que todo lo contrario, es decir, que los criadores que por distintos motivos no son partidarios de utilizar canarios silvestres, sus descendientes, etc., y sólo criar con lineas domesticas puras, su criterio sea motivo de tanta controversia.

La cuestión es hacer ruido para que los detalles impidan ver el conjunto en su totalidad, pasar por esta afición sin mirar, repitiendo lo que unos cuantos quieren que se repita.

Unos y otros hablan y escriben desde posturas tan maximalistas como enfrentadas, como si tuviesen la aplastante seguridad de que en la rama de la canaricultura que nos ocupa, uno más uno, fuesen siempre dos, cuando lo más claro desde mi punto de vista es que hay una perdida total de certidumbre en el porqué de muchos de los aspectos que conforman y definen el futuro de uno de estos canarios.

En este planteamiento tan simple como estéril se asientan hoy en día un gran número de las inquietudes de muchos grupos de canaricultores, los cuales movidos por cuestiones de difícil comprensión para el que escribe, por cuanto y en base al desconocimiento de muchos de los factores o componentes que influyen y desencadenan en un canario de canto discontinuo – educación positiva, educación negativa, no educación, y todo lo que ello engloba - , hacen que el axioma sobre los beneficios o perjuicios que puedan ocasionar, en un trabajo a largo plazo, la utilización de canarios silvestres, canarios domésticos, o la mezcla de ambos en mayor o menor porcentaje, sean indemostrables en gran parte, siendo lo que son, simples conjeturas que se utilizan al arbitrio de manera positiva o negativa, dependiendo del grupo que las utilice y en la mayoría de las ocasiones para defender posiciones partidistas o alentar la hoguera de la discordia.

Como es evidente, estas disputas no conducen a nada. Debatir es bueno, pero de ahí a iniciar una discusión que no lleve a ningún sitio, hay mucha diferencia. Seria bueno iniciar un autentico dialogo en el cual se respetase la posición del interlocutor, teniendo en cuenta que éste existe.

Partiendo de la base de que para explicar los motivos que llevan a un canaricultor a criticar que la utilización de canarios domésticos o canarios silvestres en los programas de cría de otros compañeros, son beneficiosos o perjudiciales, se requiere de forma necesaria que dicho juicio se pueda sustentar de forma evidente en la explicación de su posición, y que sea compresible mediante la demostración de que sus argumentos son validos, que parten de premisas validas que desembocan en un razonamiento valido, y que se es capaz de explicar las conclusiones de éste.

Demostrar de forma racional que la utilización con vistas al futuro, en programas de cría, de algún canario silvestre es perjudicial al modo de las ciencias exactas es imposible, pero más imposible aún es demostrar que es beneficiosa.

Demostrar de forma racional que la utilización con vistas al futuro, en programas de cría, de algún canario silvestre es beneficiosa al modo de las ciencias exactas es imposible, pero más imposible aún es demostrar que es perjudicial.

Demostrar de forma racional que la utilización con vistas al futuro, en programas de cría, exclusivamente de canarios domésticos es beneficiosa al modo de las ciencias exactas es imposible, pero más imposible aún es demostrar que es perjudicial.

Demostrar de forma racional que la utilización con vistas al futuro, en programas de cría, de algún canario silvestres cruzado con canarios domésticos es perjudicial al modo de las ciencias exactas es imposible, pero más imposible aún es demostrar que es beneficiosa.

Demostrar de forma racional que la utilización con vistas al futuro en programas de cría, de algún canario silvestres cruzado con canarios domésticos es beneficiosa al modo de las ciencias exactas es imposible, pero más imposible aún es demostrar que es perjudicial.

Demostrar de forma racional que la utilización con vistas al futuro, en programas de criá, de algún canario domestico cruzado con algún canario silvestre es perjudicial al modo de las ciencias exactas es imposible, pero más imposible aún es demostrar que es beneficiosa.

Demostrar de forma racional que la utilización con vistas al futuro, en programas de criá, de algún canario domestico cruzado con algún canario silvestre es beneficiosa al modo de las ciencias exactas es imposible, pero más imposible aún es demostrar que es perjudicial.

Y así podríamos continuar la relación de posibles cruces de forma casi infinita, sin poder demostrar pensando en un horizonte venidero cual es el planteamiento adecuado, ¿ o acaso hay alguien que sea capaz de asegurar lo contrario?, en tal caso, desde estas lineas mi más sincera felicitación por poseer esa cualidad de la cual yo no estoy dotado o por tener la osadía de asegurar tal cosa. A estos últimos, personalmente les hago el mismo caso que al que famoso pulpo Paul o a Antony Blake cuando adivino el número de la lotería de Navidad.

El resultado final dependerá de un abanico tan grande de factores que toda predicción sobre un posible resultado no será más que eso, una predicción o vaticinio, puesto que para tener la comprensión total de algo es necesario saber los mecanismos que ha desencadenado esa cuestión, no solo que algo es la cuestión, sino por qué es la cuestión, y en el tema que nos ocupa, parece evidente que desconocemos y no podemos explicar el por que de muchos de los ingredientes que aderezan un canario de canto discontinuo.

Podriamos estar de acuerdo en que a partir de la experiencia, la observación, el análisis, el método, etc., se puede llegar a crear planteamientos que nos ayuden a elaborar teorías más o menos acertadas, pero es que en esta materia no existen reglas que no se puedan rebatir de forma casi inmediata. Por cada criador de renombre y con prestigio ganado a lo largo de los años, que diga que la utilización de silvestres en programas de cria es negativo, hay otro, que puede argumentar todo lo contrario; lo mismo ocurre a la inversa.

Por ello, la pregunta en si es lo que es, un absurdo, que hace que muchos canaricultores se pierdan en lo inmediato, siendo incapaces de ver lo evidente, que en el caso que nos ocupa y desde mi punto de vista es que una de las mayores virtudes de este pájaro reside en su no encasillamiento y en la riqueza de su haber y existir, más allá de cuestiones como la antes planteada. Unos de los factores que más “enganchan” de este canario reside precisamente en su pluridimensionalidad y personalidad, y en que ésta es imposible que quede perfectamente tasada ni medida por ningún código ni por los caprichos o arbitrios de nosotros, los criadores.

Creo que la materia a debate esta repleta de problemas sin resolver y de posibilidades todavía por experimentar. Es muy pronto para poder determinar el alcance de lo positivo o negativo que tiene la pregunta en si. Con los años es posible que encontremos repuesta a muchas preguntas, pero a día de hoy la respuesta es que desconocemos casi todo. La incertidumbre que reina sobre cual de las posiciones o hipótesis es la más correcta hace que cada uno tome el camino que de forma voluntaria crea que es más acertado, o en muchas de las ocasiones, el que otros eligen por él. El resultado de todo ello es la engorrosa polémica creada al efecto, que se retroalimenta a si misma por lo poliédrica de esta cuestión.

Sería mucho mas sencillo, en lugar de hablar de canarios domesticos, silvestres, asilvestrados, ..., clasificar los pájaros en buenos, los menos, regulares, y malos, los más, y que dentro de los buenos, unos nos gustan y otros no, y en que como tanto lo bueno como lo malo admite gradaciones, lo que hoy es bueno, mañana puede ser malo y lo regular, seguirá siendo regular y ya para acabar de la cuestión, en que si un canario es malo, es que no es bueno y viceversa, ¿ o será que no nos gusta?, ¿ o será que nos cuesta admitir que lo que no nos gusta, puede ser bueno?, ¿o será que confundimos nuestro criterio personal con lo verdaderamente tiene que ser el canario discontinuo ? ¿ o será que nos cuesta admitir que hay vida más allá de nuestro criterio personal?,  etc., etc.

El tema más importante, puesto que queda claro que la cuestión aunque yerma en si misma esta muy arraigada en los distintos grupos de canaricultores, no radica en elegir por cual de las posiciones hay que optar, sino en si se tiene la libertad suficiente para andar el camino que uno haya querido escoger, o más bien, si dicha libertad esta coartada por personas que creen tener el poder de decidir por nosotros mismos, impidiéndonos el derecho a la libertad de poder elegir, el derecho a tener la oportunidad de conocer y experimentar las ventajas y desventajas tanto del uno como del otro método, o de ambos, y de esa manera permitir que sea cada uno de nosotros el que elija cual de las proposiciones es la que se adecua a nuestra forma de entender esta rama de la canaricultura.

Libertad de decidir o elegir que camino andar, libertad ante el otro y libertad para elegir o pensar lo que consideramos mejor.

Difícil lo tienen los que comienzan. Tengo la sensación de que esa ansiada libertad, en muchos de los casos de las personas que quieren descubrir lo que es un canario discontinuo, se encontrará entremezclada y difuminada en el ambiente de la asociación o federación a la que pertenezca. Ese origen, viciado por el entorno, determinará que se tome partido por una de las dos opciones, sin pararse a pensar, en muchos de los casos, en cual de ellas, o si en todas a la vez, se encuentra el quid de la cuestión.

Dejemos que sean ellos quien elijan su camino...., ya que en esta fase que nos encontramos un buen canario discontinuo está más cerca de la imaginación y de las ilusiones que ponemos los criadores, que de nuestros conocimientos sobre la parte de verdad o de mentira que pueda tener este debate.

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